Inteligencia artificial: el “internet de las cosas” y la expansión de lo digital
El impacto que internet ha provocado en los individuos y la sociedad, se expande hacia nuestros objetos y dispositivos de la vida cotidiana.
No es novedad que internet ha impactado a la sociedad en general y nuestras vidas en particular. Desde la forma en que nos relacionamos, comunicamos, compramos, hasta la forma en que nos informamos o capacitamos, internet está siempre presente. Se ha transformado en algo imprescindible en nuestra vida cotidiana.
Inclusive, hay que atenerse a que en 2020 existirían entre 25 y 30 billones de dispositivos conectados a internet.
Por ende, resulta aceptable pensar que este impacto se expanda, de forma natural, desde los individuos hacia las cosas. De esta forma nace el Internet de las Cosas, conocido como IoT por sus siglas en inglés (Internet of Things).
Cabe aclarar que la palabra «cosas», en este contexto, hace referencia a cualquier tipo de objeto o dispositivo que, mediante una electrónica programada adecuada, pueda conectarse a internet. Y en este contexto, podríamos describir dos grupos de cosas: los sensores y los dispositivos en general.
Los sensores son utilizados para realizar mediciones de diversas magnitudes, ya sea ambientales (temperatura, presión, etc.) o de objetos en movimiento (acelerómetro), o en algunos casos, para detección de eventos (detección de personas o de inundación, etc.). Otro ejemplo es el sensor de imagen (cámara).
En estos casos, los sensores se conectan a internet para enviar las mediciones y poder procesar estos datos para obtener información que resulte en beneficio de los usuarios.
En el segundo grupo, los dispositivos en general, se refieren a cualquier objeto tal como electrodomésticos, artículos «wearables» (que vestimos o incorporamos a nuestra ropa), herramientas de trabajo, o equipamientos industriales, etc.
En estos casos, su conexión a internet permite enviar información que puede ser usada tanto para monitorear y controlar el dispositivo, como para permitir una operación más eficiente y segura en muchos casos, para beneficio de la vida útil del mismo como la del usuario o propietario.
Ver post relacionados:
Las grandes estadísticas del Internet de las Cosas (IoT)
No hace falta estar presente
El objetivo de IoT es lograr beneficios tanto para los dispositivos como para las personas. Sin embargo, existen varios niveles de beneficios, generando una escala de valores para el usuario.
En su nivel más básico, al conectar los dispositivos a internet, nos permite realizar un monitoreo y acceso remoto de los mismos. Esto nos permite la administración sin la necesidad de estar presentes. Por otro lado, disponiendo de los datos de sensores y dispositivos en un lugar centralizado, podemos almacenar y visualizar los mismos de modo de lograr un mejor conocimiento del dominio de aplicación, y optimizar ciertos procedimientos del negocio.
Así también, podemos definir ciertas reglas basadas en condiciones por las cuales deseamos ser notificados. Por ejemplo, si la temperatura ambiente excede determinado valor, recibimos un mensaje de texto informando la condición. De esta forma, el sistema brinda tranquilidad al usuario sabiendo que será notificado en caso de requerir una intervención. Esto supone un incremento del valor al usuario con respecto del nivel básico, puesto que no requiere un monitoreo permanente.
En los casos anteriores, el valor para el usuario está centrado en obtener la información necesaria para tomar decisiones y actuar para corregir una situación que requiera intervención. Pero si conseguimos que el mismo sistema pueda actuar en forma automática y resolver la situación de riesgo, lograríamos un mayor valor para el usuario, convirtiéndose en un sistema autónomo.
A modo de ejemplo, supongamos disponer de un sensor de monóxido de carbono (CO) que puede detectar condiciones de riesgo de vida para el ser humano y animales.
Estos sensores suelen estar incluidos en dispositivos que incluyen una alarma para emitir sonido en caso de riesgo. Si bien estos dispositivos son útiles, muchas veces puede pasar que las alarmas no sean escuchadas (la inhalación del CO provoca mareos, debilidad y pérdida del conocimiento), o no se encuentren adultos que puedan intervenir.
En estos casos, el IoT permitiría no solo detectar sino también notificar de esta situación de emergencia a personas fuera de la casa (vecinos, paramédicos, etc.) y permitir así que ayuden a resolver la situación.
Sin embargo, en algunos casos esta ayuda podría llegar demasiado tarde para salvar una vida, por lo que el sistema podría actuar en forma automática abriendo ventanas o aberturas de ventilación que permitan rápidamente el ingreso de aire fresco para evitar una tragedia. De esta forma, no solo detectar la situación de emergencia sino también actuar y corregir en forma automática conlleva a un nivel superior de valor para el usuario.
Decisiones mejor tomadas
La recolección de datos desde sensores y dispositivos conectados al internet nos permitirá centralizar, almacenar, visualizar y analizar la misma de modo de extraer conocimiento e información para una mejor toma de decisiones, que nos permite mejorar y optimizar nuestros procesos.
Si bien la información de lo que ocurrió en el pasado inmediato es importante, mucho más valioso es saber lo que ocurrirá en el futuro cercano. Y aquí es donde la Inteligencia Artificial juega un papel preponderante brindando predicciones que nos permita actuar antes que ciertos eventos ocurran.
Volviendo al ejemplo del sensor de monóxido de carbono, si actuamos en base a la predicción en lugar de la realidad, podremos descartar situaciones riesgosas, puesto que podremos actuar antes y evitar el problema. Actuando en base a la realidad (el sensor ya detecta niveles altos de CO) puede que sea tarde. La predicción nos permitirá adelantarnos a los hechos.
Por otro lado, la Inteligencia Artificial permite encontrar patrones de comportamiento o eventos, difícil de visualizar en forma manual. Estos patrones pueden detectar anomalías tempranas en mantenimientos predictivos y actuar en forma planificada evitando mayores costos.
Ver post relacionados:
Dispositivos IoT: Aplicaciones y Ejemplos
Los campos de aplicación
Las aplicaciones de IoT se encuentran en agricultura, cría de ganado, plantas de tratado de agua potable, medidores de energía, agua y gas, control industrial, logística y distribución, supermercados y tiendas mayoristas, entre muchas otras áreas.
En todos los casos, los beneficios obtenidos están relacionados con optimización de procesos, reducción de costos, mejora de servicio al cliente, mejora de calidad de productos, entre otros; en definitiva brindando mayor valor al usuario y ganancia a los negocios.
Sigue leyendo ésta noticia desde losandes.com.ar