Hemos podido ver de cerca la ‘caja de zapatos’ que Bosch e Intel presentaron en el último CES de Las Vegas y que promete revolucionar no sólo la forma en que monitorizamos la calidad del aire en las ciudades, sino también la forma de gestionar los avisos a la población civil, su impacto visual y el coste asociado a estas tecnologías.
En el pasado CES de Las Vegas, el gran protagonista no fue ninguno de los grandes dispositivos de consumo que suelen atraer las miras de los miles de asistentes a esta feria. Ni un smartphone, ni un televisor ni tan siquiera un coche (que últimamente inundan el CES cual otro salón del motor se tratase).
Una pequeña caja blanca, sin demasiado atractivo estético, del tamaño de una caja de cartón, se llevó el aplauso del respetable y el reconocimiento de la crítica al ser elegido como uno de los productos más innovadores de esta edición.
Se trataba de Climo, una herramienta de medición del aire y los microclimas en tiempo real desarrollada por Bosch e Intel. Repetimos, quizás su apariencia no es extraordinariamente bella, pero es que ese no es su cometido (apenas van colocados en farolas o postes altos de la ciudad, alejados de miradas insensatas).
Lo importante es lo que hay dentro de esa caja: ocho sensores y capacidad de cómputo para analizar hasta 12 parámetros distintos, incluyendo 10 contaminantes habituales en nuestras ciudades: monóxido de carbono, óxido nítrico, óxido de nitrógeno, ozono o dióxido de azufre, entre otros.
Más allá de eso, este dispositivo también es capaz de controlar la temperatura exterior, la humedad relativa, las condiciones de luz, sonido, presión e incluso la presencia de polen, uno de los causantes más habituales de alergias entre la sociedad.
La calibración y la monitorización remotas seguras se habilitan a través de conexiones inalámbricas (Wi-Fi y 3G) y una conexión por cable. Para ello, el sistema Climo está potenciado con las tecnologías IoT de Intel. Todo ello tras un procesamiento de la información obtenida en la caja en un software de análisis y gestión de datos, basado en la nube.
El sistema está, además, diseñado para soportar una amplia variedad de condiciones climáticas e incorpora además opciones de alimentación a través de 110/220 V o 12V DC. Esto convierte a Climo en una solución interesante para ciudades y países de todo el mundo, en diferentes zonas climáticas y con diferentes entornos económicos. De hecho, la tecnología fue originariamente desarrollada por los ingenieros de Bosch en la India.
Los gestores urbanos podrán emplear esta información para conocer cuáles son las zonas más afectadas por la contaminación, emitir alertas geolocalizadas con recomendaciones a la población civil, redirigir el tráfico en tiempo real para evitar picos de emisiones o lanzar avisos a las personas alérgicas o con asma sobre cómo se presenta el aire ese día. En áreas rurales o parques, el sistema también puede servir como una alerta temprana de incendios.
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