Tengo un tractor inteligente
Más allá de las ciudades, que se llevan todos los titulares, el Internet de las cosas está transformando poco a poco las explotaciones agrícolas. Aquí van algunos ejemplos
El Internet de las Cosas (IoT en inglés) no es solo para la ciudad, aunque lo parezca. Las grandes marcas electrónicas y el marketing tienden a identificar los objetos inteligentes con el perfil del “urbanita”, pero sus aplicaciones van mucho más allá y están transformando, poco a poco y en silencio, el mundo del campo.
¿Ejemplos? Muchos, desde tractores inteligentes a drones con fines agrícolas que controlan las cosechas, pasando por sistemas de control de plagas o de monitorización de explotaciones agrícolas y ganaderas.
Las aplicaciones de todos estos avances son también enormes, entre ellas las de analizar datos para obtener información detallada del cultivo, el suelo y de las variaciones climáticas en tiempo real desde cualquier tablet o smartphone. Además, permiten incorporar sensores para aumentar el rendimiento por hectárea, mejorar la calidad del producto final y ahorrar tiempo y predecir fallos en máquinas, según explican en Orizont, la aceleradora agroalimentaria de la Sociedad de Desarrollo de Navarra (Sodena).
Uno de los avances más llamativos es el de los “smart tractors”, unos tractores inteligentes que sustituyen la cabina del conductor por un completo sistema autónomo basado en cámaras, radares, GPS y sensores que detectan obstáculos y hacen que el vehículo cambie de dirección para evitar impactos.
Para ponerlos en marcha, el agricultor los programa con una aplicación y puede hacerlos trabajar de manera simultánea con otros tractores. Funciona gracias a la introducción de mapas en el sistema, con los límites del campo y, además, incluye un software de planificación de trayectos, afirman en Orizont.
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